Se dice que Edward era estudioso, letrado y que tenía gran habilidad como músico; Se le describe como un joven apuesto, a excepción del rostro que tenía en la nuca, descrita como una mujer horrible en unos casos y en otros como una mujer hermosa; este apéndice extra, hacía que Edward permaneciera en retiro absoluto, rechazando incluso las visitas de sus familiares.
El rostro en la región occipital de su cráneo, al parecer, tenía una expresión que la gente percibía como demoniaca; lloraba cuando el reía y reía cuando el lloraba, su mirada seguía a quien pasaba tras de el y su boca se movía constantemente como si susurrara cosas.
Edward consultó muchos médicos y cirujanos para que le extirparan a su “hermana gemela malvada”, ya que según él, le susurraba cosas por las noches que “solo se escuchaban en el infierno”, impidiéndole dormir por lo perturbador que aquello le resultaba.
Durante aquella época la cirugía estaba mucho menos avanzada, por lo que ningún médico accedió a extirpar el rostro adicional, esto llevó a Edward a tomar la medida de quitarse la vida, para liberarse de su tormento.